Es un sentimiento de seguridad, o sea, entendimiento que privacidad dentro de la esfera social será respetada por la ciudadanía sino por la persona natural que convive en tu entorno civico.
Confianza de protección por parte del órgano de seguridad del estado que atenderá en caso de amenaza, peligro, riesgo derivado del trato social cuanto se pueda comunicar, interactuar, dinamizar, manifestar en voluntades de sujetos de derecho, consentimientos e intenciones de por medio, que nos permiten vivir una vida equilibrada, tranquila, sin efectos perjudiciales, perjuicios, guerras, variante del conflicto entre bandos, grupos políticos, rencillas culturales, rituales étnicos; bajo el esquema cuantos puedan más quien los apadrine les será bienvenido por ser mayoría, en historia cada relato sobre vulneración del derecho al honor, la intimidad, la privacidad, como bien público jurídico tutelado; nos recuerda cuan frágiles los debiles jurídicos frente a los demás.
Oficio del lapidario que actor no encuentre sosiego, ni paz pública en lo cotidiano, porque nos agrava la legitimidad como agentes de expresión, interrumpe nuestra buena fe, la sana cordialidad presente en el recinto domiciliario, es atacada constantemente por quienes logran superarse según preceptos de competencia desleal, anarquico epiteto que nos excusa, aquí todo el mundo lucha como se pueda arreglar frente al privilegio de otro que obtuvo de manera legal, lícita, veridica su prestigio, posesión, patrimonio, peculio, civilización.
¿Es un exabrupto la violación a la intimidad?
El parecer de la realidad, la apreciación de los fenómenos que se materializan dentro urbe sino orbe depende cuanto suponemos sobre lógica adquiridad tras estudio educativo bien formal, preparado no siempre vaya pensar como alguien con menor ventaja ora impediente para trascender, desarrollar libremente su personalidad, sin otro obstaculo que la efectividad progresiva de los derechos propios, el respeto a los deberes, la consagración y protección de las garantías constitucionales, y el voto adoptado con respecto la responsabilidad sobre actuación pública, así violación de la intimidad con ataques, acosos, hostigamiento, vejamenes, intimaciones, difamaciones, injurias, infamias, procrean una sociedad alcahueta, banal, parasita, que desecha lo bueno para adoptar lo malo como actitud que propende al mantenimiento de lo apercibido ilegitimamente sino enrriquecimiento ilícito del ciudadano que vió en la exclusión social su mayor aliado para tomar posiciones económicas, sociales, políticas, culturales, ideales, conforme ideologia preponderante, el más apto, que recibe más lisonjas del medio imperante, gana más que aquel que deshonra el oprobio que le hacemos pasar para nuestra mejor felicidad por naturaleza.
En criminologia, los criminales cobardes, aberrantes delincuentes, maleantes maldicentes operan así: quien comete un daño contra otro oculta con subterfugios, tergiversiones, adulteraciones, chantajes, montajes cualquier cosa que hayan descubierto; aquel ominoso cuyo complice es leal siempre y cuando obtengan un beneficio mutuo de joder al semejante, prospera cautivando plantas, inculcando imposturas dentro la sociedad para redundar en el circulo vicioso de la corrupción; el vandalo sólo opera sin conocimiento de causa, por mera adicción al lujo, lo bueno es considerado aquello que estafó, defraudó, sacó, arrebató, extrajó de alguien.
Por tanto, los científicos concuerdan que la razón de ser de la educación está viciada desde raiz, pues el criterio de los aparatos gubernamentales para manejar el orden público ha sido alimentado por ineptitud, ineficiencia, ilegalidad, simulación, aguante, tolerancia; el descalabro social se debe al régimen político del Estado, que no atiende las necesidades primarias para sí mismo, y se conforma con un desorden cultural afin a sus pretensiones discriminatorias obvias desde tiempos ancestrales; cuando la esclavitud alcanzó su sacro nombre inexistente en los claustros universitarios, en la escuela pública, en cualquier academia o institución; cuya misión intenta aprovecharse de la mala crianza como espiritu económico para fomentar siga existiendo el dominio de los armados, desvaleciendo al necesitado por ser minoria, infante o ignorante.
Confianza de protección por parte del órgano de seguridad del estado que atenderá en caso de amenaza, peligro, riesgo derivado del trato social cuanto se pueda comunicar, interactuar, dinamizar, manifestar en voluntades de sujetos de derecho, consentimientos e intenciones de por medio, que nos permiten vivir una vida equilibrada, tranquila, sin efectos perjudiciales, perjuicios, guerras, variante del conflicto entre bandos, grupos políticos, rencillas culturales, rituales étnicos; bajo el esquema cuantos puedan más quien los apadrine les será bienvenido por ser mayoría, en historia cada relato sobre vulneración del derecho al honor, la intimidad, la privacidad, como bien público jurídico tutelado; nos recuerda cuan frágiles los debiles jurídicos frente a los demás.
Oficio del lapidario que actor no encuentre sosiego, ni paz pública en lo cotidiano, porque nos agrava la legitimidad como agentes de expresión, interrumpe nuestra buena fe, la sana cordialidad presente en el recinto domiciliario, es atacada constantemente por quienes logran superarse según preceptos de competencia desleal, anarquico epiteto que nos excusa, aquí todo el mundo lucha como se pueda arreglar frente al privilegio de otro que obtuvo de manera legal, lícita, veridica su prestigio, posesión, patrimonio, peculio, civilización.
¿Es un exabrupto la violación a la intimidad?
El parecer de la realidad, la apreciación de los fenómenos que se materializan dentro urbe sino orbe depende cuanto suponemos sobre lógica adquiridad tras estudio educativo bien formal, preparado no siempre vaya pensar como alguien con menor ventaja ora impediente para trascender, desarrollar libremente su personalidad, sin otro obstaculo que la efectividad progresiva de los derechos propios, el respeto a los deberes, la consagración y protección de las garantías constitucionales, y el voto adoptado con respecto la responsabilidad sobre actuación pública, así violación de la intimidad con ataques, acosos, hostigamiento, vejamenes, intimaciones, difamaciones, injurias, infamias, procrean una sociedad alcahueta, banal, parasita, que desecha lo bueno para adoptar lo malo como actitud que propende al mantenimiento de lo apercibido ilegitimamente sino enrriquecimiento ilícito del ciudadano que vió en la exclusión social su mayor aliado para tomar posiciones económicas, sociales, políticas, culturales, ideales, conforme ideologia preponderante, el más apto, que recibe más lisonjas del medio imperante, gana más que aquel que deshonra el oprobio que le hacemos pasar para nuestra mejor felicidad por naturaleza.
En criminologia, los criminales cobardes, aberrantes delincuentes, maleantes maldicentes operan así: quien comete un daño contra otro oculta con subterfugios, tergiversiones, adulteraciones, chantajes, montajes cualquier cosa que hayan descubierto; aquel ominoso cuyo complice es leal siempre y cuando obtengan un beneficio mutuo de joder al semejante, prospera cautivando plantas, inculcando imposturas dentro la sociedad para redundar en el circulo vicioso de la corrupción; el vandalo sólo opera sin conocimiento de causa, por mera adicción al lujo, lo bueno es considerado aquello que estafó, defraudó, sacó, arrebató, extrajó de alguien.
Por tanto, los científicos concuerdan que la razón de ser de la educación está viciada desde raiz, pues el criterio de los aparatos gubernamentales para manejar el orden público ha sido alimentado por ineptitud, ineficiencia, ilegalidad, simulación, aguante, tolerancia; el descalabro social se debe al régimen político del Estado, que no atiende las necesidades primarias para sí mismo, y se conforma con un desorden cultural afin a sus pretensiones discriminatorias obvias desde tiempos ancestrales; cuando la esclavitud alcanzó su sacro nombre inexistente en los claustros universitarios, en la escuela pública, en cualquier academia o institución; cuya misión intenta aprovecharse de la mala crianza como espiritu económico para fomentar siga existiendo el dominio de los armados, desvaleciendo al necesitado por ser minoria, infante o ignorante.
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